lunes, 19 de agosto de 2013

El mal que aqueja


Difícil mostrar un grado de optimismo alto cuando tu comienzo de liga no ha sido nada bueno. El Arsenal no solo arrastra un problema que ha ido sembrando todo el verano, sino que ha comenzado a recoger ciertos frutos de una mala gestión para mejorar la plantilla de cara a la nueva temporada. Cuando tus rivales cogen ventaja sobre ti y no eres capaz de reaccionar te juegas mucho en el curso, posiblemente a corto plazo no, pero uno acaba pagando lo que no ha hecho a tiempo. Wenger y el club pasan por una fase donde reaccionar bien es algo esencial, porque reaccionar a tiempo ya no es una opción, porque el momento ya paso.

Primera jornada de la Premier League y el Arsenal ha perdido 1-3 ante el Aston Villa, en el Emirates Stadium y después de un verano convulso donde había que hacer y no se hizo. Y es que es cansino repetir una y otra vez la situación del club, pero es que este verano era necesario gastar para seguir manteniendo un línea e incluso conseguir ascender en competitividad. Si a esta derrota le unimos los resultados de los rivales directos por Europa: Liverpool 1-0 Stoke City; Crystal Palace 0-1 Tottenham; Swansea 1-4 Manchester United; Chelsea 2-0 Hull City y a espera de lo que haga el Manchester City ante Newcastle, el equipo tiene de que preocuparse esta temporada. Todos ellos se han reforzado (exceptuando Manchester United) de tal forma que sus plantillas sean más competentes y puedan optar con más clarividencia a sus principales objetivos. Esto no solo complica a los jugadores del Arsenal, si no que complica a Wenger y al club de cara a la lucha una temporada más por entrar a Uefa Champions League.

No solo estos resultados son un golpe en la mesa por parte de los demás equipos, sino que el partido le salió caro al equipo de Londres, y es que según Wenger (y visto en el partido), los siguientes jugadores salieron perjudicados: Alex Oxlade-Chamberlain (lesionado), Bacary Sagna (tocado), Kieran Gibbs (tocado), Aaron Ramsey (tocado) y Thomas Rosicky (tocado). Demasiado precio a pagar para un equipo que actualmente tiene un fondo de armario que se cuenta con los dedos de las manos, y es que el club se ha desecho de una gran cantidad de jugadores que no contaban para el equipo, pero no ha conseguido traer a nadie que pueda servir de revulsivo en caso de que las cosas no salgan bien en un partido (Yaya Sanogo ha sido la única incorporación). Esto pone en punto de mira como se afrontará el próximo partido, y que hará el Arsenal de cara al encuentro que se acerca contra el Fenerbache en UCL. Predecir que habrá más o menos lesiones es imposible, pero no tener jugadores para suplir a los principales protagonistas es un error grave.

Además de todo esto, hay que unir los problemas en el juego. El Aston Villa consiguió sacar a relucir muchos de los problemas que tiene el equipo cuando sale sin ciertos jugadores. La pareja Wilshere-Ramsey en el centro del campo se deshizo por todos los lados, donde la espalda y espacio a las espaldas de ambos centrocampistas supuso un caramelo para los jugadores de ataque del Aston Villa (Benteke y Agbolanhor se aprovecharon de esto en gran manera). Sin Arteta (lesionado) en el campo el equipo pierde ese orden y saber estar que les caracteriza (necesidad de fichar un jugador que libere a Arteta de tanto trabajo defensivo y táctico). La pareja de centrales no consigue complementarse bien, y en este partido se vio mucho. Koscielny y Mertesacker fueron dos peras en dulce para un Benteke que conseguía mediante su físico hacerles mucho daño, además de que ambos centrales controlan mal el tiempo a la hora de entrar al rival o ganarle el balón. Esto, unido a los jugadores que no aparecieron en el partido y lo que costaba sentirse cómodo en el campo, hizo que el Aston Villa no tuviera problemas en el terreno de juego. Lo más destacado del equipo fue el nivel de Oxlade-Chamberlain hasta que fue sustituido por lesión en el descanso, el protagonismo de Rosicky buscando la pelota para conseguir crear jugadas de peligro para el equipo (fue el más destacado y el que casi consigue que el Arsenal remonte en inferioridad numérica) y un Giroud que jugó de espaldas a portería de forma fabulosa. 

Es pronto para empezar a sacar conclusiones de riesgo, pero el equipo necesita una reacción, o mejor dicho, Wenger y el club necesitan una reacción ante la situación que se presenta esta temporada. Es la jornada número uno y todavía queda mucho tiempo para mejorar y muchos partidos que jugar, pero hay necesidades que el equipo tiene que cubrir, y ahí Wenger tiene que entrar para decidir que hacer, si estancarse en un punto muerto o avanzar y evolucionar ante una temporada que se presenta complicada. Tal vez sea tarde para hacer las cosas, o tal vez este haya sido el golpe necesario para comenzar a ver las cosas y quitarse el antifaz que no dejaba ver los problemas. Ahora o nunca, he ahí el dilema del Arsenal.