jueves, 25 de abril de 2013

El partido de su vida


Cuando haces 4 goles en un partido todo es sinónimo de que estás haciendo las cosas muy bien. Y es que Lewandowski, el protagonista de esta entrada está haciendo las cosas muy bien desde hace tiempo. Delantero del que se dudó en todo el mundo cuando Lucas Barrios se fue a Asia, el polaco está respondiendo con goles y juego a todo lo que había puesto en él como delantero titular del Borussia Dortmund. Una cifra de 4 goles no se hace todas las noches, y mucho menos si se juega contra el Real Madrid, pero es que el delantero del Borussia Dortmund, el '9' de Polonia es muy bueno, y no solo tiene unas cifras goleadoras que asustan -10 goles en 12 partidos en UCL y 23 goles en Bundesliga-, sino un repertorio de movimientos que muestran a un delantero con un presente brillante y un futuro no menos grande.

Ayer en Alemania se volvió a ver la ambición de un equipo que tiene las cosas muy claras. El Borussia Dortmund es un cuchillo jugando, y necesita poco para poder hacer daño a cualquier equipo en el mundo. Jürgen Klopp ha sabido juntar las piezas en un puzzle que necesitaba hacer en Europa lo que está consiguiendo esta temporada. Quitándose la presión de favoritos en el encuentro, ayer mostraron su mejor cara en unas semifinales que se les pone de cara llegar a la final de Wembley (4-1). Con su equipo de gala, Gündogan fue el cerebro de su equipo, Reus el cuchillo que hacía falta en este partido para hacer sufrir a un Real Madrid que jugaba con Sergio Ramos de lateral, y Lewandowski...que se va a decir de Lewandowski. Es el jugador que finalizó, el que hizo todo bien para que su equipo creara ventajas en ataque, ya fuera corriendo o de forma más estática. Los movimientos rápidos en ataque del BVB hicieron posible que los espacios se crearan cuando atacaban. Ya fuera por conducciones de Reus o por un apoyo de Lewandowski de espaldas a portería, el equipo alemán encontraba el momento para crear peligro al equipo de Mourinho. Tanto el trabajo realizado por las bandas como el trabajo realizado por dentro hicieron que el BVB arrollara al Real Madrid cada vez que este bajaba la guardia.

El Real Madrid no llegó a contestar en el campo en ningún momento ante el partido que le había planteado Klopp, y es que el entrenador alemán tapó las mejores vías de escape del equipo blanco. Con el trabajo sobre Xabi Alonso, los alemanes no dejaban al español mover el balón fácil, haciendo que sus pases acabaran en un gran número de ocasiones en robos del BVB (un 69% de acierto en el pase y hasta un total de 17 robos entre los centrocampistas y la línea de 3/4 del Borussia Dortmund), de poco servían las ayudas de Modric y Khedira para arrastrar a los jugadores del B. Dortmund. La otra manera era intensificando el trabajo sobre Cristiano Ronaldo, y es que el portugués no tuvo respiro sobre su marcaje. Piszczek y Blaszczykowski estuvieron siempre que recibía el balón encima de él, esto hizo que su juego apenas se notara, ya que normalmente es un lugar de desahogo cuando el Real Madrid se siente presionado, siendo el portugués importante en el juego al primer toque y la salida rápida. El equipo español apenas salió con intensidad, con las ganas de una noche grande como son las noches europeas. Sin esto, el Real Madrid se vio superado desde el minuto 1 hasta el minuto 90 por un equipo alemán que sabía como tenía que jugar, y sabía como tenía que jugar para ser mejor que el equipo español. 

Pero sin irnos de lo primordial de esta entrada, el número de halagos que se lleve Lewandowski es corto. El tercer gol que marca el delantero polaco es una forma de demostrar el tipo de delantero que es. De un pelotazo controla un balón, la pisa para que Pepe no llegue a taponar su disparo y pone el balón en la escuadra con una gran finalización. Además de su finalización, el delantero del Borussia Dortmund te da juego por arriba (ganó el 50% de los balones aéreos ante la defensa del Real Madrid), y un juego de espaldas a portería y asociativo que cuesta ver hoy en día. Retiene poco el balón en los pies y se desmarca de fábula. El verdugo del Real Madrid en los enfrentamientos contra el Borussia Dortmund este año ha sido Lewandowski. Atrae defensas, recibe el balón, suelta hacia un compañero y se desmarca para recibir la pelota y buscar el disparo. El jugador polaco es simple y complejo a la vez, y es por eso que le hace ser un delantero tan especial, aunque a veces necesitemos noches como las de ayer para darnos cuenta de la calidad que tiene.

martes, 23 de abril de 2013

El esperado premio de Van Persie


No habían pasado ni 20 minutos de partido y el Manchester United ya ganaba 2-0 en el partido que le enfrentaba al Aston Villa. El eco de este partido no era ni más ni menos que el conseguir en la jornada número 34 de la Premier League 2012/2013 el título que acreditaba al equipo de Manchester, a los red devils, como campeones de la liga. Los de Ferguson, entre ceja y ceja, no tenían más que un objetivo, no dejar que pasara de esta jornada el conseguir el mayor título nacional. Es por esto que el marcador que reflejaba el electrónico en tan pocos minutos no era algo casual, sino que era el reflejo de una lucha constante del Manchester United a lo largo de esta temporada.

Si hay algo que hace que el Manchester United tenga una mística a su alrededor cada vez que juega un partido, ese algo es su estadio. Old Trafford es ese compañero que siempre ha tenido el equipo de Ferguson en la mejor etapa de su historia. Ha sabido reír cuando el momento lo requería, y apoyar cuando las cosas se torcían y no salían como el equipo quería. La afición del Manchester United siempre ha sabido animar cuando su equipo lo necesitaba, y cada aficionado ha mostrado lo mejor de sí cuando su equipo lo ha necesitado. Para bien o para mal, cada rincón de este estadio guarda una historia bajo página tras página. Si el Manchester United quería volver a escribir un pasaje sobre el césped, era el momento idóneo. Old Trafford como escenario, el público como testigo y el equipo como protagonista de una noche que tenía la aureola de momento mágico.

Si hay alguien que recordará esa noche, el 22/04/2013, ese será Robin van Persie. Y es que más allá de la ambición que mostraba el Manchester United ante el Aston Villa, había un jugador sobre el campo que no quería esperar ni una jornada más para ganar el título que tanto ha esperado (acabó el partido con un hat trick). Retomando el inicio de temporada, su fichaje por el equipo de Manchester fue bastante criticado. La edad, su pasado como jugador del Arsenal (nada más ni nada menos que 8 temporadas al mando de Arsène Wenger) y el llegar con la presión de conseguir igualar unas cifras goleadoras muy altas en su última temporada en el equipo de Londres, hacían que no todo el mundo apostara por él y lo que podía aportar al equipo de Manchester. Mirando desde lejos hoy en día todo eso, se puede decir que ha superado con creces todo lo que se le pedía tanto de forma individual, como de forma colectiva.

Van Persie ha cuajado una de sus mejores temporadas como futbolista. Actuando de delantero centro (posición en la que comenzó a desarrollarse en el Arsenal), el jugador holandés ha conseguido hasta la fecha un total de 28 goles en 44 partidos. Estas cifras no llegan a las de su última temporada en el Arsenal, con 37 goles en 48 partidos, pero dejan ver en el tipo de futbolista que se ha convertido con el paso de los años. Si añadimos el número de asistencias que ha dado a lo largo de esta Premier League (8 asistencias), el delantero del Manchester United ha sido clave en el 39'74% de los goles que ha marcado su equipo. Y es que ha dotado a su equipo de algo que antes no tenía arriba: movilidad. El delantero holandés no es un jugador estático que espere el balón decisivo para empujarlo a las redes, sino que dota al Manchester United de desmarques en ataque, consiguiendo permutar su posición de vez en cuando con Rooney también para bajar a recibir el balón. Contextualizando todo el juego que ha desarrollado a lo largo de la temporada, ha ofrecido al Manchester United dinamismo y mayor rapidez en el ataque, además de un juego a las espaldas de los defensas letal (es un experto en evitar el fuera de juego). El Van Persie actual es el desarrollo de un jugador que ha crecido de gran manera con el cambio de posición.

Sería injusto solo nombrar a Robin van Persie en la liga número 20 del Manchester United, y dejar atrás los nombres de personajes importantes como Michael Carrick (el único jugador fijo en el centro del campo a lo largo de la temporada, y mostrando su mejor versión cuando su equipo más lo necesitaba), Rafael (mostrando un gran desarrollo como lateral derecho y haciéndose con un puesto que había quedado huérfano desde el retiro de Gary Neville), Phil Jones (demostrando el por qué Ferguson le fichó y dejando ver que si le respetan las lesiones es un jugador polivalente y que rinde a gran nivel), Ryan Giggs (el incombustible jugador galés que tantas alegrías ha vivido en Manchester), Wayne Rooney (el líder del equipo, y el jugador que año tras año se muestra más como futbolista total que puede desarrollar su juego abarcando una gran parcela del terreno de juego) y Alex Ferguson (13 títulos de Premier League desde que llegó al Manchester United, los números hablan por si solos del hombre que ha hecho esto posible).

Pero siendo egoístas, el protagonista principal de esta temporada ha sido el holandés. Robin van Persie, a sus 29 años ha conseguido su primer título de Premier League desde que juega en Inglaterra. 9 años ha tenido que esperar el actual jugador del Manchester United para conseguir algo que ha buscado durante mucho tiempo. Este es el premio a algo que va más allá de lo puramente individual como futbolista, es el premio a no dejar de luchar, de ser constante ante un reto que te has marcado como persona. Sin lugar a dudas es el premio a buscar el camino para llegar a un final que durante toda tu carrera has esperado.


miércoles, 10 de abril de 2013

Brindar al fútbol, brindar a la historia


Lo mágico suele ser aquello que nos mantiene flotando. A veces nos aferramos en ese pedacito de sueño para no despertar y poder seguir viviendo un momento que nos mantiene unidos a algo especial. Si nos fijamos en el partido que enfrentaba al Borussia Dortmund y Málaga podríamos hacer un pequeño símil respecto a esta situación. Cada equipo de alguna manera, vivía en su pequeño espacio de alegrías, de ir caminando paso a paso e ir descubriendo nuevos caminos, nuevas aventuras. Siempre mirando al futuro con ojos de incertidumbre, pero sabiendo que todo lo que había por delante no dejaba más que la recompensa del reconocimiento y la sensación de haber hecho los deberes.

El Signal Iduna Park como contexto, serviría a uno de los dos equipos para que siguiera adelante y para que el otro bajara de esta competición, no bajando con la mirada baja y pérdida, sino manteniendo siempre la cabeza bien alta por todo lo hecho en el pasado. El Málaga y Borussia Dortmund de una u otra manera no habían tenido un camino fácil hasta llegar a los cuartos de final de la UCL: Zenit, Real Madrid, Milan, Manchester City, Porto, Shakhtar Donetsk...Si cada trozo de césped pudiera contar una historia sobre cada partido que han acontecido ambos equipos, veríamos la grandeza de su situación. Hoy no era menos, era un día grande para ambos equipos, histórico, pero ellos aún no sabían de que manera encontrarían la mística que contiene esta competición europea.

La conclusión que nos ha dejado el partido entre Borussia Dortmund y Málaga es lo grandes que son ambos equipos. Por su parte el Málaga, histórico Málaga por cierto, ha demostrado la valentía de mirar a los ojos a todo lo que se le ha venido encima. Estos cuartos de final posiblemente nos haya dejado en la retina los últimos grandes momentos de jugadores como Joaquín (excelso en esta competición), Demichelis (brutal sus fases a doble partido). Pero también nos deja la cara del futuro, un Isco que se echó a su equipo a las espaldas en los momentos más duros de la competición. Que el Málaga va a quedar escrito en la historia del fútbol es un hecho, no hace falta que ganen nada para certificar lo que han hecho y lo que han conseguido (mucho más de lo que parece). El Borussia Dortmund por su parte supo coger el último billete para poder conseguir ganar esta competición. De alguna forma a ellos aún les falta escribir su historia en esta competición, pero si nos dejan algo es la lucha, la entrega y el tirar de corazón cuando más costaba creer en la victoria. Equipo, estadio y afición sostienen aquello de que en un estadio propio juegan 12, y es que el equipo alemán nunca se encontró solo.

Es difícil ver lo que ha ocurrido hoy, y más ver todo lo que te da y te quita el fútbol en tan pocos minutos. De ir ganando 1-2 a falta de 4 minutos, a perder 3-2 y ver como todo lo que habías construido se te desmorona. El equipo español cayó como un grande pese a la brusquedad de la caída, y es que si tenían que caer, merecía caer como héroes, acorde a la grandeza de su competición y de lo que habían logrado. El Borussia Dortmund ha demostrado lo que es la UCL y sus noches mágicas. El Málaga no tiene que sentirse más que orgulloso de lo que ha hecho en esta competición. Pellegrini, La Rosaleda y los jugadores quedarán en la memoria de los que vieron como lucharon. Y en la memoria quedará como ese equipo que sorprendió, ganó y afianzó, supo tocar un trozo de cielo con la yema de los dedos.

martes, 9 de abril de 2013

El escondido


Que Manchester cada vez que acontece un derby se parte por la mitad y se viste de azul y rojo no es nada nuevo. Da igual Old Trafford que Etihad Stadium, que toda la ciudad estará pendiente de su equipo y los aficionados estarán expectantes respecto lo que ocurra. Si repasamos el partido que se presentaba esta jornada, con el Manchester United 15 puntos por encima de su vecino el Manchester City, jugando en casa tras haber ganado en la ida, y teniendo en memoria el 1-6 que les clavaron los de Mancini en la temporada pasada, todo invitaba a que los de Ferguson se dejasen la piel y de esta manera hundieran más si se puede al segundo clasificado en la tabla de la Premier League.

El Manchester City, que visitaba hoy Old Trafford, no tenía más en mente que salir del campo de su rival airoso, respirando tranquilos de conseguir un resultado positivo. Que los de Mancini consiguieran una victoria significaba el salvar en cierta manera la temporada. No era un simple duelo, era más que eso. El ganar por segundo año consecutivo en el campo de tu máximo rival, en una temporada desastrosa, significaba mucho para los que ostentan el título de campeones de Inglaterra. Es por esto que tanto entrenador como equipo lo tenían claro, si se podían despejar dudas de cara al futuro, el día idóneo era hoy, ante el Manchester United, con el campo lleno y en el feudo de tu rival.

Y el partido comenzó como un derby de Manchester tiene acostumbrados a los aficionados a este deporte, con intensidad, garra, ida y vuelta y mucho intercambio de golpes. Tanto primer como segundo tiempo tuvo mucha velocidad por parte de ambos equipos. El Manchester City dominaba el centro del campo y vivía en campo del Manchester United en grandes fases del partido,  con una gran movilidad en 3/4 de campo conseguían sufrir poco atrás y crear problemas en ataque. Mientras tanto los locales buscaban hacer contraataques con las pérdidas de su rival, pero en mayor o menor medida los pupilos de Ferguson no encontraban la clave para hacer daño a la defensa comandada por Kompany. Así pasaban los minutos, y el golazo de Agüero nos volvía a mostrar como una vez más el derby de Manchester tendría un final trepidante marcado por un ritmo frenético.

Pero más que el partido, lo que destacaría sería el papel de Gareth Barry en el encuentro y su contexto. El medio centro inglés es un jugador que apenas hace ruido, y se podría llegar a decir que su rendimiento no es el mejor después de sus buenas temporadas en el Aston Villa. Rodeado entre infinidad de estrellas y con un papel secundario dentro de su conjunto, el jugador de 32 años hoy apareció, y de que manera. Dominó su centro del campo e hizo que tanto Carrick como Giggs se vieran desbordados ante el despliegue que estaba realizando a lo largo del partido (de menos a más). Con un 91% de acierto en sus pases (51/56), 4/4 robos de balón, 2/2 regates, el jugador inglés fue creciendo con el paso de los minutos. No solo se limitaba a jugar por el centro del campo, sino que su movilidad hacía que cayese a la banda izquierda en un gran número de ocasiones, combinando con sus compañeros. Además de esto, no le faltaban fuerzas para bajar a defender y robar balones, buscando también pases sin complicarse la vida. Tenía la idea clara, retener el balón lo menos posible en sus pies, soltarla de forma rápida y sencilla. Estuvo presente en casi todas las zonas del campo y el Manchester United no supo como pararle.

Es verdad que Barry no es una estrella, posiblemente incluso no le quede mucho para comenzar a bajar el nivel, pero es un jugador que nos ha mostrado menos de lo que en realidad puede dar. Con 32 años ha conseguido ser el líder de su equipo en un partido que exigía mucho a los de Mancini, tanto a nivel de  equipo como de institución. En un momento difícil es cuando ha aparecido, sin llevar el brazalete pero haciendo de capitán, no siendo una estrella pero siendo el más presente en su equipo, no siendo el mejor jugador que tiene la plantilla del Manchester City pero haciendo lo que mejor sabe hacer y lo que mejor hizo en el Aston Villa, jugar al fútbol.